El verano pasado, Subrata Ghoshroy del MIT escribió en el Bulletin of Atomic Scientists: “Cualquier arma que se base en la luz que viaje a través de la atmósfera, se encuentra con problemas de humedad, polvo y humo, que absorben y dispersan la energía del láser. Además, las distorsiones atmosféricas, tales como las turbulencias, pueden desviar un haz de luz. Y, al mismo tiempo que los fotones del haz de un láser deben superar todos estos obstáculos, también deben mantener su concentración y avanzar sin disminuir su potencia. Mientras, el usuario del arma láser debe tener en cuenta el movimiento del objetivo, el de la plataforma de tiro y cualquier señuelo y proyectil que dispare el enemigo”.
Esta información es oportuna en un momento en el que el Pentágono y otros países ponen en servicio armas láser, porque otros, como China, se esfuerzan en contrarrestar sus efectos.
El Ejército Popular de Liberación de China investiga la forma de hacer frente a estas armas, protegiendo a sus unidades mediante el lanzamiento de cortinas de humo. La investigación se lleva a cabo creando humo de trióxido de azufre mediante la quema de materiales. La dispersión la realizaría usando un lanzador multitubo.
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FUENTE: www.homsec.es